Desde la antigüedad el hombre a utilizado sustancias químicas de origen natural, que alteran la percepción de la realidad, con el fin de explicarse el funcionamiento del universo o para la curación de enfermedades. Se estima que la presencia de la cannabis índica se remonta a alrededor de los 10 o 15 mil años atrás y que, desde entonces se uso en china e india.También es sabido que los indígenas peruanos, colombianos y bolivianos usaban la hoja de coca antes de la llegada de los españoles en rituales religiosos, médicos o festivos que eran dirigidos por los chamanes.
La cocaína (Clorhidrato de cocaína) es un polvo blanco y cristalino que se extraes de las hojas de las coca. Proviene del árbol de la coca que crece en países de América del sur y causa estado de fuertes euforias seguidas por depreciaciones violentas. Los síntomas del uso de la cocaína son, entre otros, tendencia suicida, cambio de estado de ánimo, abordo, pérdida de peso, dolores de cabeza crónico y enfermedades respiratorias. Las señales más comunes del uso de la cocaína son: Dilatación de la pupila, resequedad de la boca y la nariz, mal aliento, hiperactividad, incoherencia, sinusitis y problemas nasales.
El empleo de la cocaína en la actualidad se relaciona directamente con su uso ilegal y narcótico. De carácter estimulante, el uso de esta droga provoca durante escasos minutos luego de su consumo: excitación, lucidez y autoconfianza, dando paso a ansiedad y depresión cuando los efectos desaparecen. Las formas químicas de encontrar a la cocaína son las sales, el clásico polvo blanco, y los cristales, crack, cocaína base, base libe, entre otras formas de mencionarlo.
Como hierba medicinal, la hoja de coca viene utilizándose desde tiempo remotos, sobre todo en las zonas andinas de Sudamérica, a modo de infusión o simplemente masticándolas. Las hojas de coca aun continúan utilizándose de dicha forma, en las zonas mencionadas para soportar la fatiga, el hambre, así como rito. La hostilidad de las zonas andinas ha generado el consumo de la hoja de coca desde la antigüedad, por las mismas razones que se hacen hoy en día.
En relación a su uso anestésico, comenzó a investigarse en la mitad del siglo XIX, cuando por vez primera se logró extraer la cocaína en sí de la planta de coca. Desde ese tiempo se utilizó a la cocaína de modo curativo, para tratar diferentes enfermedades. Con las consecuencias de su uso se vio la posibilidad de que genere dependencia, por lo que pasó a estar prohibida. Sin embargo, hoy en día, en algunos países continúa utilizándose como anestesia local para diferentes cirugías.
El uso médico en otros países como Reino Unido se usa como anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oidos y gargantas. Su efecto estimulante es muy inferior en potencia y duración al de la anfetamina, aunque esta última sí tenga un estatus legal en Estados Unidos.